Leo en
www.mundopublicitario.cl que a Matías Lecaros, director creativo de JWT y profesor del DuocUC, le llama la atención la falta real de criterio publicitario de los egresados de la carrera publicidad.
Dice: “Muchos no entienden lo que es un brief. Hacen avisos que no se entienden y que apuntan a otros objetivos. Tampoco saben diferenciar cuando hablan de un auto, lo hacen con el posicionamiento de otro. Se confunden conceptualmente”. Continúa: “Muchos salen con una formación tremendamente pobre en dirección de arte, estrategia, en la capacidad de posicionar marcas; en criterio publicitario, en general.”
Estoy muy de acuerdo y comparto plenamente con su opinión. Reflexiono lo siguiente al leer el diario el domingo. Veo dos avisos.
Un aviso es de una agencia de publicidad. Solicitan un profesional con “experiencia en el cargo de 5 años en agencia de publicidad”.
El otro aviso es de una universidad. Solicitan un profesor de publicidad “indispensable Magíster o Doctor", experiencia en docencia universitaria.
¿Dónde está el detalle? En el saber y en el saber-hacer.
En la agencia piden un profesional que sepa-hacer y tenga experiencia. En la universidad piden alguien que SEPA, apoyado en grados académicos.
¿Dónde está diferencia? Que la carrera de publicidad es un saber-hacer. No se puede medir con la vara de otras carreras. Es una profesión diferente donde el talento, el ingenio, la imaginación, la sensibilidad, la fantasía y la creatividad son fundamentales. Se puede nacer publicista, como quien nace escritor, músico o poeta. También ayuda mucho que el olfato publicitario venga en la sangre. Adquirirlo cuesta bastantes años de fatigosa experiencia. No por ser Magíster o Doctor se es más publicista.
Por eso, no cualquiera puede ser publicista ni tampoco cualquiera puede enseñar bien la publicidad por muchos grados académicos que posea. Ser publicista o profesor de publicidad es algo más que deseo. El talento y la experiencia se necesitan para enseñar. No basta con ser “predicador”. Acaso porque el enseñar una cosa es diferente de SABERLA HACER. Conozco unos cuantos personajes que en el mundo académico “se lucen” y en el mundo real de la profesión “dan bote”. Una profesión se ejerce cuando se domina.
Hacer publicidad, más que un quehacer, entraña un saber-hacer. Se necesitan más publicistas de la vida real en el aula que académicos vestidos con muchos diplomas. Por eso, muchos alumnos, egresan como egresan.