El “imaginario” incorrecto
El tema político no me interesa para
nada. Pero algo puedo decir en lo mío, la comunicación. En mi opinión, el
presidente debería cambiar a todo su equipo de comunicación. No han sido
capaces de gestionar una asesoría eficiente para revertir las encuestas ni han
logrado introducir un “imaginario” en las percepciones de la población, que es la base de cualquier
estrategia política, sobre todo con un presidente que carece de carisma y
llegada afectiva con las personas. Todo lo que dice o hace parece falso. ¿O no
se han dado cuenta sus asesores? Podrá hacer miles de cosas positivas pero
mientras no consiga una relación de afectividad, con las emociones de la
opinión pública quizás nunca remontará las encuestas ni tendrá el apoyo popular.
Veámoslo de una manera simple: si el
presidente fuera el padre, Chile una casa y la gente sus hijos, tendríamos el
típico papá con dinero, con una casa perfecta y la más afectiva relación que
tiene con sus hijos es a través del dinero. Por cualquier cosa le dice: ¿Cuánto
quieres o necesitas? Y su hijo pensará:
Quiero que me escuches, que me entiendas y que me ayudes en los problemas que
tengo. ¿Qué sabes de mí y de mis penas, si vives en tus reuniones importantes y
ni entiendes lo que me pasa? Algo así es la cosa. No basta con una mirada
gerencial del país cuando lo que se quiere es que se toque el corazón y se mire
a los ojos a las personas. La ventaja no está en los números, sino en conectar
con las emociones de la gente. Y esa conexión de emociones no ha
logrado hacerla efectiva el equipo comunicacional. Con mirar desde las alturas del
poder a esa masa heterogénea, anónima y
grande que es la que vota, nada se consigue. No basta con campañas publicitarias
y anuncios. Se necesita algo más. Los árboles no dejan ver el bosque, parece.
La palabra y la imagen funcionan como dispositivos
simbólicos para que la gente se identifique y se reconozca con los símbolos
emitidos para penetrar en el imaginario colectivo. Ejercer un poder simbólico sirve para
multiplicar y reforzar una dominación efectiva, por la conjugación de relaciones
de sentido y poderío trasmitiendo confianza y fidelidad. Esta realidad se da en
un contexto en que la gente vive quejándose y manifiesta permanentemente su
inconformidad. Crear una identidad presidencial es esencial, ya que es la
fuente de sentido y experiencia compartida por la gente creando expectativa y
esperanza de que todos puedan colaborar para crear un país diferente que no sea
sólo el dinero, sino donde las personas sean primero y las relaciones personales
y la calidad de vida manden siempre.
En el imaginario social las instituciones están deslegitimadas al no
satisfacer las demandas y, además, de no impactar directamente en la
sociedad. Los individuos no se sienten
parte de las instituciones aunque lo sean, hay un sentimiento de exclusión y de
cambio de valores que conducen a determinadas acciones por falta de
credibilidad por parte de la sociedad hacia el gobierno y sus instituciones.
Las demandas tienen que ver con los nuevos estilos de vida. La
satisfacción inmediata es la que origina
cambios. Es más probable que los individuos respondan a mensajes cortos que
estén ligados a realidades y sentimientos afectivos que a discursos
argumentados sólidamente, ya que de esa manera se hacen seudo entornos y razonamientos que hacen pensar a los sujetos de una manera orientada.
La audiencia mezcla sus propias percepciones directas con las
percepciones filtradas por los medios de comunicación en un todo indivisible
que procede de sus propios pensamientos y experiencias. Una red de lo social en
donde la identidad y la esperanza se vuelve un fin en sí mismo y crea un clima
social que dan origen a un nuevo imaginario social que se reproduce y regula parte
de la colectiva.
El equipo de comunicación no ha
cumplido su trabajo de crear un presidente ante los ojos de la nación y el
señor que dirige el país sigue siendo el “señor Piñera”. Que no es lo mismo. Como
alguien dijo: las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen
solas.
Creo yo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario