Un comentario más localista. Chile es un país de habladores, (por fineza, no quise decir charlatanes) de predicadores de esta vida y la otra. De comentaristas de la realidad como los ministros y autoridades que en vez de dar soluciones “comentan la situación” en la tele, de políticos que siempre dicen “hay que hacer”, en vez de decir “voy a hacer”, o de opinólogos de la televisión que hablan solamente porque “tienen boca”. Tomando como referencia las palabras del escritor colombiano Fernando Vallejo, digo que nuestra vida diaria está llena de impostores. En vez de mentir, como siempre, con palabras, ahora mienten con teoremas y ecuaciones.
Los economistas y hermanos Antonino y Franco Parisi
tienen un programa de televisión y predican en cuanto medio de comunicación
encuentran sobre economía y temas similares. Tienen todos los grados académicos
habidos y por haber. Han ocupado unos cuantos cargos académicos y empresariales
importantes, muy creíbles hasta que…la realidad les pasa la cuenta.
Administraban un par de colegios a través de
su empresa Inversiones Palermo lo que indicaba que por sus antecedentes
profesionales serían un modelo de gestión. Pero no era así. Han debido de
dejarlos por “mala administración y situación de deficiencia que vivían los
colegios”. Declara al diario La Tercera, Antonino Parisi, quién reconoce no
haber dedicado el tiempo necesario a la administración…requería mayor tiempo de
dedicación y de proridades…lamenta no haber entregado el suficiente tiempo lo que
califica como un error. ¿Que demuestra esto? Que esto de la gestión va más allá
de los títulos y doctorados que se tengan…requiere actitud, esfuerzo y
dedicación. Hacer las cosas que hay que hacer.
Ahora quién les va a creer. Pasaron de
exitosos iluminados a la simple categoría de “predicadores”, como muchos. No
olvidemos que otro premiado y máximo exponente de gestión empresarial, el señor
Alcalde, de la multitienda La Polar, terminó siendo un fraude y en la cárcel. Esta
casta de predicadores es más grande de lo que se cree y lo peor es que la gente
les cree, porque con un nivel intelectual que apenas les llega para entender
las comedias y al reality “Mundos opuestos”, estos señores cargados de medallas
les parecen venidos del Olimpo a enseñar a las pobres masas incultas de su
notable sabiduría. Y no es así. No basta con hablar y hablar. Las cosas no se
dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas. Así de simple.
¿Por qué opino de esto? Porque se me ocurrió
y para avisarles a los mencionados hermanos que no veré más su programa. Cómo
les voy a creer si ahora se dan mil vueltas para justificarse. Ya saben…les haré
zapping.
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