Existe un chiste entre dos amigos que hablan:
Uno le pregunta a otro: ¿Y por qué eres famoso? Y el otro le contesta: Porque salgo en la tele. De nuevo el amigo le pregunta: ¿Y por qué sales en la tele? Y el otro le vuelve a contestar: Porque soy famoso.
A menudo, las personas que trascienden por su exposición en los medios de comunicación, generalmente esos famosos, hablan de la importancia que tiene para ellos la opinión pública. Pero ¿Qué es la opinión publica? Dicho de una manera simple, es un árbitro, la conciencia popular anónima que opina sobre una persona o hecho que le parece relevante, nada más que eso. Nadie se junta al lado de un “brasero y un mate” para definir una opinión en grupo, sólo es lo que cada persona opina sobre algo que vio o supo a través de los medios de comunicación.
Menciono los medios porque existen muy pocas probabilidades de que alguna persona “común y corriente” tengo acceso a la fuente original de un hecho, sólo recibe información de “segunda mano”, es decir, intermediada por los medios, la que a su vez está determinada por la posición que tiene el editor periodístico ante el tema en cuestión. Debo mencionar “un detalle” la opinión pública influye sobre los contenidos de los medios y los medios influyen en la opinión pública.
Esta fuerza misteriosa, tan temida por algunos, se produce por el juego de atenuaciones y refuerzos, por la toma de posición de personas u organismos en el problema, creando una corriente de opinión que se manifiesta por una acción en determinado sentido. Es un organismo “virtual” que tiene su propia vida y sus propias leyes, distinta de las personas que la componen. Cabe hacer notar que las personas registran los hechos diversamente como individuos y como partes de un conjunto.
Algunos individuos o grupos son lo bastante poderosos, sino para imponer sus puntos de vista, sí por lo menos para actuar sobre la opinión y eso se está notando ahora que estamos en período pre electoral y los resultados de la opinión se reflejan en las encuestas sobre los candidatos presidenciales. Pero cuidado, la opinión pública es “la loca de la casa”, la gran irracional.
Las corrientes de opinión se crean las más de las veces como consecuencia de hechos nuevos, a veces de poca importancia en sí mismos. Por otra parte, las personas tienen tendencia a tomar primero una actitud y luego hacerse una opinión en relación a ella. ¿Y como se manifiesta la Opinión Pública? Votando. El individuo vota todo el día: al comprar un producto, en el rating de la TV, al elegir un candidato, al ir a ver una película, etc. En eso nos llevamos: transformando la opinión en actitud.
Otros, se desahogan enviando opiniones a Cartas al Director de un diario, elemento no tan democrático, porque antes de publicarse, pasa por el filtro de ese director que recibe la misiva. Ya con eso hay una manipulación de la opinión. A fin de cuentas la Opinión Pública, es como esa carta, la opinión de uno sólo.
Muchos políticos o artistas, que son “famosos porque salen en la tele” están muy conscientes de ello y se preocupan porque la opinión pública va de la mano con la imagen que proyectan y eso vale “fama, dinero y poder”, algo muy valorizado en nuestro pueblerino país.
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