viernes, julio 21, 2006

Crisis del gas con Argentina y la manipulación comunicacional.

“El cojo le echa la culpa al empedrado”: el problema no son nuestros vecinos. Son nuestras autoridades.

El nulo desarrollo a corto y largo plazo en materias energéticas y la carencia de soluciones viables no es un problema de Argentina. El tener que depender de otros en temas energéticos es un riesgo que nadie ha asumido en Chile.

El vecino país vecino es dueño de vender y poner los precios que quiera a lo quiera…no tiene que preguntarle a nadie… El gas y la bencina son de ellos. Le ponen el precio que quieren. No sacan nada el gobierno con empezar con sus famosas “políticas comunicacionales”, en vez de ser realistas y concretos. Esas famosas estrategias comunicacionales están siendo sinónimo de “te miento oficialmente”. Es obvio que Argentina ignore el reclamo chileno. No les interesa. El gobierno cree que el abastecimiento gasífero se va a solucionar con frases como: “que afectan las relaciones políticas entre ambos países”, “la integración energética latinoamericana”, “mostramos nuestra preocupación”, “la medida no nos parece comprensible”, “esperamos gestos”. Un ministro argentino dijo: “No nos movemos a partir de comentarios”. Sería todo. La semántica no sirve frente a la realidad.

Ante cualquier acontecimiento que afecte la vida de las personas la manipulación comunicacional, utilizada habitualmente, va de la apariencia a la realidad. Con explicaciones simplistas que llevan a pensar que es una injusticia lo que ocurre, tratando de adaptar la realidad a los intereses partidistas, para no resultar cuestionados

La vieja regla de la simplificación está plenamente vigente presentando y aislando ciertos adversarios que se transforman en “cabeza de turco” y se machaca sin piedad atribuyéndoles a ellos la responsabilidad de hechos o decisiones y adjudicándoles los propios errores internos con informaciones cargadas de un potencial de propaganda.

El gobierno sabe que la gente sólo recordará las ideas más simples cuando le sean repetidas centenares de veces. Entonces la discusión se centra en el país vecino y no en las políticas energéticas del gobierno y que es el verdadero fondo del problema. Se está realizando un desplazamiento de la atención del público utilizando un estereotipo preexistente.

La tarea acometida por nuestras autoridades es reforzar la impresión de unanimidad, y aún la de crearla artificialmente. El propósito no es hacer reflexionar sobre el hecho real sino lograr aceptación de las gestiones realizadas ante las autoridades trasandinas.

El problema no es echar la culpa a otros sino que se debe asumir la responsabilidad que corresponde y dejar de lado la manipulación semántica comunicacional para que la ciudadanía crea otra cosa. Cómo alguien dijo: Es tu problema…soluciónalo.

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