La “agitación viral” en proceso
De un tiempo a esta parte las redes sociales han pasado de sitios de opinión y comentarios banales a entes creadores de movilizaciones sociales. Si pensamos, nos daremos cuenta de lo fácil y rápido que es movilizar miles personas ante un descontento generalizado. El efecto multiplicador es gigante. Una persona puede tener 100, 200 500 o 1.000 personas en su cuenta y con un click puede enviar un mensaje a todos ellos a congregarse en determinado lugar a protestar ante organismos o gobiernos que atentan contra los intereses de la sociedad.
Es la nueva forma de movilización social. Es la “agitación viral” promovida por las redes sociales. A través de ellas un agitador, interesado en promover una acción de protesta, inculca una idea a una persona o un grupo de ellas y ésta se masifica en pocos minutos congregando un grupo hacia un objetivo común. Se ha creado un actor: el “propagandista-agitador social”. Un gran problema para gobiernos y organismos. Un ejemplo: las protestas contra las represas en el sur de Chile. Han congregado miles de personas en Santiago, en las regiones y también en ciertos países del mundo. Con las redes sociales ahora las movilizaciones también pueden ser universales.
Como funciona el sistema
Convocan a miles de personas en las redes sociales, la principal herramienta que utilizan los organizadores de las manifestaciones, dando origen a un nuevo tipo de protestas que nacen directamente vía internet y especialmente por Facebook.
La primera fase para dar origen a una marcha consiste en que los coordinadores, concuerden el día y la hora de la manifestación mediante chat. Luego crean un evento abierto en Facebook donde informan sobre las características de la manifestación, responden las dudas e inquietudes de cada persona que se va sumando a la iniciativa y hacen los llamados a las asambleas de coordinación y lineamientos de las protestas.
Los interesados en participar de la protesta postean su opinión con respecto al proyecto y entregan la información que manejan acerca de marchas que se van a realizar en otros lugares, sumando así participantes. Una persona confirma que va a asistir a la marcha y esa persona tiene otros amigos y esos amigos tienen otros amigos y así se va sumando más y más gente.
Después de crear el evento en Facebook, los organizadores revisan a diario el estado de la convocatoria para hacer un seguimiento de las personas que han confirmado su asistencia así pueden tener estimaciones de la cantidad de participantes que tendrá la convocatoria de protestas.
Además de Facebook utilizan Twitter como apoyo. Por medio de esta herramienta difunden la fecha de las marchas y dirigen, twitteando a cada instante, los pasos que deben seguir los manifestantes en las protestas.
Otro medio que usan para reunir personas son las páginas web de las distintas organizaciones que se unen a las marchas. Los mails también sirven con una dirección especial para que las organizaciones y voluntarios se inscriban a las protestas.
De la gestión digital a la acción. Cuando faltan pocos días para una manifestación se realizan reuniones de coordinación. Es en las asambleas donde toman decisiones acerca de lo que harán en la manifestación.
Vemos que ante cada descontento social rápidamente se puede generar un movimiento activo. Este “propagandista-agitador social”, partiendo de una injusticia concreta se esforzará por suscitar el descontento y la indignación en la ahora “masa virtual” por lo que considera una injusticia irritante. Antes el propagandista actuaba principalmente por escrito y el agitador de viva voz. Ahora con la tecnología una sola persona puede cumplir ambas tareas.
No se trata solamente de agitar y catequizar a ciertos grupos sino de llegar a todas las clases de la población. Practicar denuncias, revelaciones políticas vivientes que interesen al pueblo entero. El papel será realizar agitación con todos los recursos que otorgan las redes sociales tratando de adaptar sus argumentos al medio en que actúan. Todo paso en falso de un gobierno, toda debilidad de una mayoría, toda injusticia y todo escándalo son “desenmascarados”, “denunciados” por la red y, en consecuencia, organizarse para actuar. De este modo la “agitación viral” es autenticada con actos.
En resumen, un “propagandista-agitador social” realiza “agitación viral” ante una “masa virtual”. Se crea y se refuerza la impresión de unanimidad y aún la de crearla artificialmente. Por contagio psíquico. Este tipo de actividad cada vez será más creciente a medida que sus gestores se vayan dando cuenta de la capacidad de convocatoria que tienen. ¿De qué manera los gobiernos u organismos serán capaces de contrarrestar esto que se les viene encima?
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