miércoles, julio 06, 2011

La publicidad, las emociones y la vida

Anoche mientras hacía zapping, para evitar la baja calidad de los noticiarios chilenos, me encontré en Televisión Española con un programa especial dedicado a los mejores spots publicitarios en la historia de la publicidad española. Con varios panelistas entre los cuáles se encontraba el publicista Joaquín Lorente, autor de varios libros de publicidad como “Casi todo lo que sé de publicidad”, uno de los mejores que existe.



Algunos spots, uno protagonizado por un hombre de 102 años (Coca Cola) hablando de la vida y otros similares, destacan por la importancia de la emoción en la publicidad. Comerciales que llegan a las fibras más profundas del ser humano y por consiguiente se hacen memorables. Y pensé ¿Cuánto tiempo que en Chile no vemos avisos llenos de emoción? No recuerdo en los últimos años un comercial que destacará por su sencillez, emotividad, poesía y creatividad. Sólo ¡compre, compre y compre! o alguno tratando de crear falsos afectos por un producto. Todos iguales.

Esto me llevó a otra reflexión. ¿Cuándo se perdieron en nuestro país las emociones sinceras, los cariños, la afectividad incondicional, la palabra plena de emotividad, la imagen que conmueve? Vemos violencia física y verbal, malas gestos y malas palabras, gente malhumorada, discusiones, malos tratos, abusos, a personas que ni se miran ni se saludan, ni le interesan los otros.

Parece que por estos lados la sensibilidad ya no existe ni en la publicidad ni en la vida diaria. Lamentable.

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