lunes, agosto 27, 2012

Políticos: la vida igual


Las encuestas demuestran la baja  poca credibilidad que tienen los políticos en Chile. Los ciudadanos no confían en ellos ni tampoco les creen. Es lógico por la forma en que actúan y se comportan. Pero parece que no les importa. Siguen actuando igual como si nada pasara Están convencidos que son dioses del Olimpo elegidos por alguna divinidad especial.

Cualquier persona que tiene aspiraciones de figuración ingresa a un partido político y lista su carrera. Sea culto o un gran ignorante, da lo mismo, tiene la posibilidad de gestionarse y lograr notoriedad al utilizar los medios de comunicación y lograr posicionarse en la opinión pública. Lo que significa que se establece una relación de “sale en la tele y habla bastante opinando” lo que permite hacer la analogía, que no corresponde, de que es una persona inteligente e importante, lo que, generalmente, no es así. Ahora lo que vale es ser  mediático y famoso.

Los políticos, en su mayoría, no están en la política por un afán de servicio sino por un interés personal de figuración y desde ahí proyectarse cada vez más alto. Sólo se interesan en ellos y el partido que los cobijó, su preocupación por la ciudadanía es muy relativa y no como debiera ser. Pareciera que les interesa, porque así lo hacen creer a la opinión pública, cuando en el fondo están defendiendo los intereses del partido político en el que militan.

En época de elecciones su principal preocupación es “repartirse el país”, lo más rápido posible, en algún cargo que le pueda traer beneficios personales descuidando las funciones para las que fueron elegidos, representar a los ciudadanos, y por lo que se les paga con los impuestos de todos los chilenos.

Así es como en víspera de elecciones no respetan los plazos para realizar publicidad ni los lugares privados ni públicos con rayados y propaganda, a veces de muy mal gusto. Ni siquiera así dan un ejemplo cívico. Su único objetivo es querer ganarle al otro. Sacar ventaja como sea. No respetan nada y de ese modo pretenden ser elegidos por los mismos ciudadanos que pasan a llevar, cuando no tiene ética ni respetan a nadie.

Tampoco en el ejercicio de sus funciones dan muy buen ejemplo. Las grandes discusiones que tiene no son de necesidades públicas sino de rencillas y odios personales o de partido. Si uno, en un día domingo, borracho, se da vuelta en una moto-nieve sostiene que fue accidente laboral, otro drogadicto defiende su vicio como algo normal u otros quieren pasar por sobre la ley con prepotencia ante cualquier ilegalidad que cometen, como viajar a exceso de velocidad en su auto.

 Por eso, hay que tratarlos igual. Si a ellos no les interesa la ciudadanía como objetivo de su gestión tenemos que hacer lo mismo. No interesarse en ellos y no votar, total ahora el voto es voluntario. Porque aquello de que representan a las personas es una gran mentira. Sólo se representan a ellos y sus círculos de poder. La vida de las personas seguirá igual con ellos o sin ellos. Tendrán que levantarse cada mañana a trabajar y a ganarse el sustento diario. Ignórelos, si los políticos salen en los noticiarios de la televisión cambie de canal o si están en las páginas de los diarios, sáltese esas páginas, da lo mismo lo que digan. Si ellos no lo escuchan a usted, usted tampoco los escuche.

Votando o no votando, su vida seguirá igual. Por lo menos, para mi, hace mucho tiempo que los políticos no existen.


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