“En Líder vendemos leche Soprole DESCOMPUESTA… “
En el Supermercado Lider de Tomás Moro con Fleming compré leche descremada Soprole. Me salieron dos cajas descompuestas. Pensé: fue casualidad. A la otra semana me salieron cuatro cajas descompuestas. Su vencimiento decía agosto 2008. Pensé: ya no es casualidad. El control de calidad tanto de Soprole (“Sano y rico cada día”) como de mantenimiento de Líder están fallando. Lamentablemente no guardé las boletas para exigir la devolución como corresponde.
Moraleja: cuando vaya comprar al Líder guarde la boleta porque no siempre sus productos están en buen estado.
Seis cajas de leche descompuestas. Otra pequeña ayuda de la señora Josefina. Es fácil predicar en la tele. Es preferible ofrecer lo mejor a sus clientes.
Ahora compraremos la leche en el Jumbo y todo el resto de la mercadería para la casa.
La fidelidad de un cliente a una empresa o marca no existe. Solo existe la fidelidad a uno mismo. A sus gustos e intereses. La atención al cliente no es un slogan. Es una realidad. Un cliente insatisfecho con un supermercado y que se cambia a otro, en este sector de Santiago, significa una pérdida de doce mil dólares anuales aproximadamente, en una sola persona. Muchos clientes insatisfechos es mucho dinero. Captar un cliente nuevo significa invertir varias veces esa cantidad y las empresas los saben.
Y todo por unas leches en mal estado.
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