El medio más divulgado de la “técnica de contagio” es la manifestación de masas. El evento político-espectáculo es un elemento importante de la comunicación política y las horas de la noche, principalmente, son muy favorables al influjo de la voluntad ajena.
El evento nocturno realizado con una grandiosa puesta en escena y un estilo de solemnidad religiosa y deportiva a la vez, genera estados de ánimo especiales en los asistentes por los elementos utilizados para su realización.
En la noche, los proyectores, la iluminación y las antorchas aumentan la fascinación contribuyendo a crear una atmósfera religiosa donde reflotan los mitos ancestrales. Todo lo que es llama y luz en la noche llega a lo más profundo de la mitología humana.
La música, (bandas, himnos, cantos) con su poder sugestivo, contribuye a ahogar al individuo en la masa y a crear una conciencia común, sobre todo si predominan instrumentos de percusión que al aumentar la acentuación del ritmo, aumentan el efecto de la exaltación y cohesión. Esta emoción creada culmina con el himno del partido que es repetida en coro por los asistentes desencadenando el delirio místico de la multitud presente.
Las banderas, y estandartes y ornamentos crean un decorado imponente, con poder de exaltación sobretodo si el color que predomina es el rojo.
Los emblemas, símbolos e insignias reproducidos en muros, banderines, brazaletes y solapas producen un efecto fisiológico inmediato de fascinación y casi religioso, en una suerte de culto ritual.
La palabras del orador, con los saludos, los sentados y de pie, las voces de orden, el diálogo con los asistentes, los vivas, los slogans, los minutos de silencio y la gesticulación exagerada, producen efectos fisiológicos y síquicos que llevan a un frenesí comparado con una intoxicación y una inconsciencia total, ya que se relacionan con los instintos y los mitos fundamentales,
Para distraer y atraer a las muchedumbres ningún espectáculo impresiona tanto el alma como los que se realizan en la noche, La masa moderna, deprimida y sin confianza en sí misma es atraída espontáneamente por aquellos candidatos que parecen poseer el secreto de una dicha que le es esquiva y que sacian su sed de heroísmo por los “modelos”, los poseedores del porvenir.
Un evento nocturno tiene un fuerte valor demostrativo y pasional cuando es realizado a través de una puesta en escena, una atmósfera y una progresión que hacen experimentar al asistente el mismo efecto hipnótico que se siente al estar en el cine viendo una película. El predominio de la imagen frente a la explicación, de lo sensible frente a lo racional.
Un evento bien organizado puede llevar a las masas de la excitación al éxtasis, que es una forma de escape de sí mismo. La muchedumbre se funde en un solo bloque, inspirándole el sentimiento de constituirse en un solo ser.
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